jueves, 10 de marzo de 2011

Aniversario del grupo de cata

Como pasa el tiempo, hace nada nos estabamos conociendo para ver si nos "gustabamos" para montar un grupo de cata y resulta que ya hacemos 1 año.

Para la ocasión decidimos hacer una cata especial donde cada uno aportaría un vino que fueron los siguientes:

- Egly-Ouriet V.P.
- Silex 2007
- Los Cipreses de Usaldón 2010
- La Crau de Vieux Télégraphe 2007
- Dalmau 2001
- Amon-Ra 2006
- L'ermita magnum 1996
- Saint-Theobald Pinot Gris 1998.


















Buen Egly-ouriet, aunque demasiado joven ya que el degüelle fue hace menos de 2 años, quizás con un poco más de tiempo en botella tendría el carbónico más integrado y un mejor paso por boca.

Lo mismo le paso al Silex 07, que por cierto fue el último vino que hizo Didier Dagueneau antes de morir en accidente de avioneta. Vino muy complejo en boca, fruta blanca, fresco y agradable, buena acidez pero estaba aun muy verde, dentro de unos añitos estaría de miedo.

Los cipreses fue un presente de la bodega, aun no está en el mercado y nos lo dieron a catar, increíble que un vino tan joven esté tan bebible. Cuando se descubrió la añada no nos la creíamos.

Otra vez el mismo problema de juventud de La Crau, la verdad es que  lo aporté yo ya que tengo varias botellas de esta increíble añada en Chateauneuf du Pape y quería ver como estaba evolucionando. Es un vino con muchas posibilidades, pero no a fecha de hoy.

Dalmau fue uno de los ganadores de la noche, vino muy rendondo y sin aristas, madera bien integrada y fruta madura aun presente.

El mejor para casi todos fue el Amon-Ra de Ben Glaetzer que Robert Parker le dio 97-100 puntos en 2007 aunque luego bajó a 95 en 2010. Es un 100% Shiraz australiana, vino con mucho cuerpo, capa alta, tánico pero elegante, fruta madura, complejo, postgusto muy largo y agradable, fue el primero que se acabó.

Por último L'Ermita 96, la gran decepción de la noche. Este vino lo conseguí en Alemania por 245€ cuando en Vila Viniteca vale 1.590€ y como era una botella magnum y no me la iba a beber sólo, decidimos aportarla a la cata aniversario y pagarla entre todos. Quizás por ello soy el que se llevó la mayor decepción ya que fui el que la aportó y el que esperaba más de este, en teoría, vinazo. La botella se decantó al mediodía, y la catamos a las 10 de la noche, pero ni aun así. El vino estaba cerrado, muy plano, muy poca fruta, muy neutro en definitiva. Nada que ver con otros grandes vinos del priorato catados anteriormente. A ver si tenemos más suerte cuando hagamos la del segundo aniversario.

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