Esta cata demostro a rasgos generales que el Dofí es un muy gran vino y también demostro como afecta la metereología al producto final ya que, por ejemplo, las añadas 2001 y 2002 (a la postre la mejor y la peor), son tan diferentes que, a mi modesto entender parecen vinos de zonas o incluso paises diferentes aunque esten hechos con las mismas variedades de uva y usando los mismos procesos de vinificación y el mismo tipo de barrica.
Como acabo de comentar, la del 2001 fue la mejor, parece mentira que un vino que tiene 10 años conserve la misma tanicidad que un jovenzuelo acabado de embotellar, mucha mineralidad, buena tanicidad, fruta madura y postgusto largo y agradable así como la 2003 que, sin ser tan compleja como la 2001 también resulto de lo mejor de la noche.
Por contra la 2005, que salió mala y que por tanto no se puede comentar nada. Y las 2000 y 2002, que resultaron los peores, ya que eran las menos expresivas, más cortas.
La 2006 y 2007 resultaron diametralmente diferentes a las anteriores, un corte mucho más fresco y afrutado, más alegres, buena tanicidad eso sí pero con con una explosión de fruta roja increíble (recordaba al palote de fresa o petit suise).
Y por último la 2004, que para mi fue el más raro de todos. Entiendo que estaba latente y esperando su gran momento, en nariz y en boca estaba correcto pero era como la calma que precede a la tormenta, como un volcán que se calla antes de que suelte la nube piroplástica.
Creo que es el que puede tener mayor pontencial, pero esta por ver...
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